Aprender a ponerse en la posición del otro es muy importante en las interacciones y relaciones sociales. Con este objetivo nace Emodiscovery, un juego interactivo para niños de entre 8 y 12 años que ayuda a comprender las emociones de otras personas a través de interacciones simuladas entre el usuario y un agente virtual.
El jugador asume el papel de un personaje que presenta diferentes situaciones emocionales (felicidad, tristeza, ansiedad, miedo…), ante las que tiene que descubrir la respuesta más adecuada para poder pasar al siguiente nivel.
«Emodiscovery podría ser una herramienta fundamental para evaluar la inteligencia emocional e identificar si un niño necesita ayuda para mejorarla. Al plantearles una serie de escenarios y varias líneas posibles de actuación, podemos ver cómo responden diferentes niños a determinadas situaciones», afirma la científica Belén López-Pérez, investigadora en el campo de la Psicología Social y Evolutiva y una de las responsables del proyecto. «Tras explicárselas, también podemos educarlos para que sepan cómo adaptar su comportamiento en su propio beneficio y en el de las personas que les rodean», añade.
De hecho, la investigación previa revela que una regulación emocional interpersonal efectiva es esencial en el desarrollo de relaciones de calidad en la edad adulta. Junto con López-Pérez, han trabajado en esta iniciativa Daniela Pacella, estudiante de doctorado en Inteligencia Artificial, y Laura Howells, estudiante de Psicología de la Universidad de Plymouth.Todo ello, con el respaldo del Banco Santander, a través de Santander Universidades.
Emodiscovery permitirá también comparar las respuestas de los niños con autismo altamente funcional o síndrome de Asperger y TDHA (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad)para analizar si utilizan técnicas diferentes al resto.
Los investigación, que acaba de comenzar en España, se realizará posteriormente en Reino Unido.