Existe la creencia de que las grasas poliinsaturadas protegen de y mejoran la depresión y la ansiedad. Con el fin de evaluar los efectos del aumento de la ingesta de omega-3, omega-6 o grasas poliinsaturadas totales sobre la prevención y el tratamiento de los síntomas de depresión y ansiedad, se realizaron búsquedas de ensayos en adultos con o sin depresión o ansiedad, asignados al azar a un aumento de omega-3, omega-6 o grasas poliinsaturadas durante ≥24 semanas, excluyendo las intervenciones multifactoriales.
Se incluyeron 31 ensayos que evaluaron los efectos del omega-3 de cadena larga (n=41470), uno de ácido alfa-linolénico (n=4837), uno del total de grasas poliinsaturadas (n=4997) y ninguno que evaluara los omega-6. El metaanálisis sugirió que el aumento de omega-3 de cadena larga probablemente tiene poco o ningún efecto sobre el riesgo de síntomas de depresión (riesgo relativo 1,01; IC 95% 0,92-1,10, I2 = 0%, dosis mediana 0,95 g/d, duración 12 meses) o de síntomas de ansiedad (diferencia de medias estandarizada 0,15; IC 95% 0,05-0,26; I2 = 0%, dosis mediana 1,1 g/d, duración 6 meses; ambas con evidencia de calidad moderada). La evidencia de los efectos sobre la gravedad de la depresión y la remisión de la depresión existente fue incierta (evidencia de muy baja calidad). Los resultados no difirieron por riesgo de sesgo, dosis de omega-3, duración o nutrientes reemplazados. Aumentar el ácido alfa-linolénico en 2 g d puede aumentar ligeramente el riesgo de síntomas de depresión durante 40 meses (número necesario para dañar, 1000).
En conclusión, la suplementación con omega-3 de cadena larga probablemente tenga poco o ningún efecto en la prevención de los síntomas de depresión o ansiedad.