Nueve causas de la depresión poco conocidas

Publicado: 19 febrero 2016

Para algunas personas, soportar temperaturas bajo cero no es el único aspecto difícil del invierno. Aproximadamente un 15% de la población sufre trastorno afectivo estacional, una afección mental relacionada con la depresión que alterna periodos de mejoría y recaída dependiendo de la época del año.

En la mayoría de los casos, el trastorno aparece al final del otoño y dura hasta la primavera. Es más común entre personas que viven en zonas nubladas, frías y oscuras durante largos periodos. Desafortunadamente, el cambio de estación no es el único motivo sorprendente que puede provocar depresión. Hay unos cuantos detonantes —entre ellos el estilo de vida— que pueden hacer aparecer este trastorno.

«La depresión puede ser de muchas formas distintas. Puede ser moderada y permitir a las personas que lo padezcan llevar una vida normal, pero también puede ser grave y puede debilitar», explica a la edición estadounidense de The Huffington Post Josie Znidarsic, médico de familia del centro de bienestar de la Clínica Cleveland (Estados Unidos). «Le puede pasar a cualquiera… No tiene por qué ser consecuencia de un trauma grave. Tampoco es algo que desaparecerá si se ignora».

Existen casos en los que trastornos de este tipo no son consecuencia de una circunstancia ajena. La química cerebral, las hormonas y la herencia genética pueden ser también factores determinantes. Dicho esto, hay veces en las que un detonante externo puede contribuir al desarrollo de una enfermedad mental. A continuación puedes encontrar algunas causas sorprendentes de la depresión.

1. UNA ENFERMEDAD CRÓNICA.
Padecer una enfermedad crónica no es sólo duro físicamente, también lo es emocionalmente. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, los pacientes que sufren afecciones crónicas como enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer son más propensos a tener depresión. Es importante tener en cuenta que todavía falta especificar qué causa qué, pero los expertos hacen hincapié en que existen formas específicas de gestionar la depresión a la vez que se padece una enfermedad crónica.

2. FUMAR.
Esta es una buena razón para dejar este hábito: según un estudio británico realizado en 2015, los fumadores son más propensos a padecer depresión y ansiedad que los no fumadores. Además, dicha investigación demostró que fumar puede ser una causa de la ansiedad por la abstinencia que experimentan los fumadores si no se fuman un cigarro.

«El subidón que sientes después de fumar no es útil, es destructivo para el cuerpo humano», afirma a la edición estadounidense del HuffPost el jefe del centro de bienestar de la Clínica Cleveland, Michael Roizen. «Se necesita encontrar qué puede proporcionar esa misma sensación, sin ser perjudicial ni contribuir a la enfermedad. Se puede intentar encontrar en la realización de una actividad que te guste: salir a correr, hablar con un amigo o cocinar. Eso sí va a ayudar a llevar mejor una depresión».

3. UN USO EXCESIVO DE LAS REDES SOCIALES.
El perfil de una red social es sólo una pequeña parte de la vida de alguien vista a través de un cristal difuminado; no representa con exactitud la realidad. Aun así, puede que compares tu vida con la de los demás. Los expertos llaman «comparación social» a este proceso subconsciente que puede derivar en sentimientos de depresión, según un estudio publicado en Journal of Social and Clinical Psychology.

4. TU ENTORNO.
¿Vives en la ciudad o en el campo? La respuesta puede marcar la diferencia en lo que respecta a tu salud mental. Según la revista estadounidense Scientific American, existen investigaciones que demuestran que las personas que viven en áreas urbanas son más propensas a padecer una enfermedad mental, concretamente la depresión. Aunque los investigadores afirman que la causa real es algo mucho más complejo, especulan que pasar más tiempo en la naturaleza puede ser un buen remedio.

5. LA DIETA.
El estado físico y el estado mental pueden estar relacionados con lo que uno ingiere. Según la Clínica Mayo, existen investigaciones que afirman que las personas que llevan una mala alimentación también tienen más probabilidades de padecer síntomas de depresión. En un análisis de 2008 que se publicó en el Indian Journal of Psychology se afirma que «la nutrición juega un papel muy importante en los primeros momentos de la depresión, así como en la duración e intensidad de la misma».

Sin embargo, la depresión puede provocar cambios en el apetito, algo que puede presentar dificultades a la hora de llevar una dieta adecuada. Los expertos destacan que la relación entre la depresión y la nutrición es muy compleja, pero es algo que hay que tener en cuenta.

6. EL SEDENTARISMO.
El único camino que debemos seguir para tener un cuerpo y una mente sanos no sólo consiste en dar importancia a nuestra dieta, también depende de la actividad física. Hay estudios que demuestran que el ejercicio mejora el estado de ánimo. A esto se suma que la inactividad excesiva está relacionada con los síntomas de la depresión.

7. LA FALTA DE SUEÑO.
No es algo que haya que tomarse a la ligera. Si dormir en condiciones no tiene prioridad para ti, sufres riesgo de padecer enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiovasculares, y trastornos psicológicos. Una falta de sueño grave puede afectar a tu estado de ánimo. Además, la depresión también puede influir en tus hábitos de sueño, creando así un círculo vicioso.

8. LA INFLAMACIÓN CEREBRAL.
Según los últimos estudios realizados, los síntomas de la depresión pueden ser provocados por una «neuroinflamación» o pueden ser una respuesta natural del cerebro para su propia protección. Un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry afirma que los pacientes con depresión presentan un 30% más de inflamación cerebral. Este descubrimiento puede suponer algo bueno cuando se trata de la estigmatización, ya que lo común es que se piense que la depresión es algo que una persona puede «superar» y que es «culpa suya».

9. NO DAR MÁS IMPORTANCIA A NUESTRAS PROPIAS NECESIDADES.
Si le das más importancia a los demás e ignoras tus necesidades, puede afectar a tu salud mental. «A menudo, las personas no se dan un tiempo para cuidarse a sí mismas», apunta Znidarsic. «Si no saben decir que no a otras personas o no pueden rechazar cosas que no les benefician, puede que se acaben sintiendo deprimidos y consumidos».

Znidarsic insiste en que todavía hay esperanza aunque creas que puedes estar sufriendo depresión. Hay formas de llevarlo mejor y de mejorar tu estado de ánimo.

Este artículo fue originalmente publicado en la edición estadounidense de ‘The Huffington Post’ y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.