Cuando no se puede superar la pérdida de un ser querido

Publicado: 30 diciembre 2015

Para volver a la normalidad hay que atravesar varias fases.

 
La mayoría de los casos se superan tras unos meses | EUROPA PRESS EUROPA PRESS El duelo es un proceso que atraviesa cualquier persona que experimenta una pérdida, en general de un ser querido pero también una mascota o un objeto con los cuales une un vínculo emocional. Tiene varias fases, no necesariamente ordenadas, que culminan con la vuelta a la normalidad.

Los sentimientos de tristeza y angustia son normales en estos casos pero muchas personas «se alarman cuando experimentan malestar emocional tras la pérdida», según reconoce el psiquiatra Manuel Masegoza, miembro de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP), ya que temen estar ante el inicio de una enfermedad mental.

«Hay que recordarles que la inmensa mayoría de los duelos no son patológicos y que una información adecuada puede ayudarles a ver con normalidad su malestar y a disponer de criterios para ayudarles a decidir cuándo consultar con un especialista», según ha destacado este experto.

LA MAYORÍA SE RESUELVEN TRAS UNOS MESES

De hecho, añade Blanca Morera, también de la junta directiva de la ASEPP, la mayoría se resuelven tras unos pocos meses en los que «se va a atenuando la pena y la ansiedad asociadas a la pérdida», gracias normalmente al apoyo de las personas allegadas y la posibilidad de verbalizar la pérdida y los sentimientos asociados a ella.

No obstante, y aunque se debe evitar una excesiva psiquiatrización de este proceso adaptativo, esta experta reconoce que «si la sintomatología es moderadamente grave, disruptiva con la vida normal del sujeto o se prolonga en el tiempo más allá de lo razonable, es el momento de buscar apoyo especializado».

En estos casos, cuando el duelo desborda a la persona, es causa de conductas alteradas o se prolonga sin llegar a su resolución, se categoriza como «complicado» y requiere apoyo médico.

De hecho, recuerdan que si transcurre más de un año sin que se haya resuelto el duelo, o bien se vuelve a experimentar después de transcurrido un tiempo, la persona recurre a conductas de evitación como consumo de alcohol o drogas o hay manifestaciones de alteraciones físicas relacionadas con el duelo, es necesario buscar ayuda profesional.

Los datos no son claros, pero se estima que tras una pérdida hasta un 15 por ciento de los afectados podrían sufrir alguna forma de duelo complicado.

TRASTORNO DE ADAPTACIÓN RELACIONADO CON EL DUELO

También conocido como trastorno de adaptación relacionado con el duelo, se trata de una de las primeras condiciones reconocidas como enfermedad psiquiátrica, y se define como reacción de duelo severa que persiste al menos 12 meses tras la pérdida, con sufrimiento emocional o preocupación intensa la mayor parte del tiempo.

Según diversos estudios, la mayor parte de las personas expresan una remisión del estrés agudo por la pérdida entre 6 y 12 meses después de que se produjera, y quienes siguen experimentando reacciones de dolor intenso más allá de ese umbral probablemente seguirán sufriendo ese estrés y sus consecuencias en el futuro a menos que cuenten con el apoyo de un especialista.

Entre los síntomas que pueden advertirnos de este estrés más prolongado están las dificultades para concentrarse, cambios en los patrones alimentarios (acompañados o no de cambios de peso), alteraciones del sueño, fatiga y apatía, negación de la pérdida, sentimiento de culpa, hostilidad patológica (aislamiento social y evitación de miembros de la familia), abuso de alcohol y drogas, y depresión.

También hay pacientes que dan muestra de sentimientos contenidos con expresiones o movimientos rígidos y falta de capacidad para verbalizar sus sentimientos. Otro síntoma relativamente común en el duelo alterado es la negación de la pérdida, con episodios de ansiedad súbitos al adquirir conciencia de que realmente se produjo.

POSIBLES CONDUCTAS PELIGROSAS O AUTOLESIVAS

La conducta de quienes padecen un duelo patológico puede ser con frecuencia apática y nerviosa, y es posible que incurran en conductas peligrosas o autolesivas en un intento de «castigarse», incluso aunque no hayan manifestado sentimiento de culpa. Además, el duelo patológico puede ser causa de depresión.

Existen variables que contribuyen al desarrollo de duelo patológico, algunas de ellas se deben a las circunstancias de la pérdida, otras son personales.

Entre las circunstanciales están las pérdidas inesperadas, el fallecimiento de personas jóvenes o el suicidio de una persona cercana, la alteración de la vida en términos económicos o la existencia de pérdidas anteriores, así como la falta de reconocimiento social del duelo (por ejemplo, en caso de aborto, espontáneo o no). Las personas que se separan o divorcian también tienen un periodo de duelo, que puede ser patológico.

Las diferencias entre duelo normal y estados depresivos relacionados con el duelo no están definidas con precisión, pero sí hay evidencias científicas que prueban que cuando la vida normal se ve alterada hay una enfermedad, oculta o manifiesta, y es conveniente acudir a un especialista.

lagacetadesalamanca.es 31/10/2015
http://www.lagacetadesalamanca.es/salud/2015/10/31/superar-perdida-querido/158874.html=