Ambos se localizan en la unión témporo-parietal: La capacidad de controlar los impulsos y de conectar con los demás van unidas.
Dos fenómenos que experimenta el ser humano, la capacidad de contener sus impulsos y la de ponerse en el lugar de otra persona, se producen al activarse una misma región del cerebro, la que une los huesos temporal y parietal.
A esa conclusión ha llegado una investigación a partir de voluntarios a los que se inhibió esa zona cerebral por medio de técnicas no invasivas al tiempo que se les interrogaba sobre qué harían en determinadas circunstancias que invitaban a la satisfacción inmediata y al altruismo. El resultado probó que la misma área desactivada inducía una misma tendencia en las respuestas a las dos situaciones. La capacidad de autocontrol y la empatía parecen partir del mismo lugar.
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Los modelos neurobiológicos de autocontrol, por lo general, se centran en los mecanismos cerebrales implicados en la modulación de los impulsos y la regulación de las emociones.
El estudio, de un equipo del Departamento de Economía de la Universidad de Zurich y la Universidad de Dusseldorf (ambas en Alemania), ha sido realizado por los científicos Alexander Soutschek, Christian Ruff, Tobias Kalenscher y Philippe Tobler, quienes investigaron una región del cerebro que, en general, permite tomar la perspectiva de otra persona durante las interacciones sociales.
Para su sorpresa, vieron que esta misma área del cerebro también desempeña un papel crucial en situaciones que requieren autocontrol cuando ninguna otra persona está presente.
En el trabajo, los participantes eligieron entre un pago menor que se debía hacer de inmediato y otro más voluminoso postergado para el futuro, así como entre un pago que sólo aportaba beneficio al que lo hacía y una rentabilidad que reportaba menos ventaja al individuo pero, a cambio, beneficiaba también a otra persona.
Para dar con ello, los investigadores utilizaron, en efecto, técnicas de estimulación cerebral no invasivas que interrumpen la activación de la unión temporo-parietal. Después de bloquear esta región del cerebro, las personas tendían a tomar decisiones que son a la vez más impulsivas (es decir, la elección de la recompensa inmediata) y más egoístas (la elección de la recompensa para sí mismas solamente) y eran, a su vez, menos capaces de tener en cuenta la perspectiva de otras personas.